- Tu relación con los demás es una de las ciencias de tu vida. Y tú necesitarás aprender esta ciencia de tu vida, para vivir en armonía en un mundo de comunicaciones interpersonales confusas, incompletas y demoradas, que te presentará en todo momento la necesidad de aprender a comunicarte con los demás.
- En tu relación personal con los demás, tú debes aprender a confiar en las personas. Y tú aprenderás a confiar, desconfiando en las personas.
- Relaciónate e interactúa con todas las personas, aceptando a todas las personas. Recordando que debes respetar a todas las personas.
- Aprende a respetar a todos, en pensamiento, en palabra y en acción.
- Aprende a respetar, incluso al hombre de corazón perverso, y también a tu enemigo.
- Enfrenta, combate y destruye lo que deba ser enfrentado, combatido y destruido en el camino de tu vida.
- Pero recordarás no ser irreverente, y no brindarle refugio a la soberbia. Porque tú no dejarás de respetar todo el tiempo, incluso a lo que debas enfrentar, combatir y destruir, en el camino de tu vida.
- No lo harás, para que los oOíshas no te retiren su apoyo, y para que la obra de tus manos siempre sea bendecida.
- Relaciónate con todos, con quienes son dignos, y con quienes no lo son.
- Relaciónate e interactúa con todos, porque todos necesitan de ti.
- Y porque aunque hoy no veas con claridad las razones, tú mismo o tú misma necesitas de todos.
- Considera que los demás han vivido experiencias diferentes a las tuyas.
- Que otros conocieron antes que tú, caminos que tú transitarás después.
- Considéralo, porque tú puedes aprender de la experiencia de otros, y aliviarás tu vida ahorrándote sinsabores, sufrimientos y fracasos, conociendo la experiencia de los demás.
- Estimula a los demás a continuar adelante. Y haciéndoles ver que son importantes.
- Reconóceles sus buenas acciones.
- Reconóceles su desempeño armonioso.
- Y reconoce públicamente los valores que encuentres.
- Porque haciéndolo, tú te conviertes en un factor catalizador efectivo de un desarrollo conveniente y armonioso en quienes te rodean, y en el mundo que con ellos compartes.
- Cuando en tu andar tropieces con el hombre inicuo, con el de malos pensamientos, con el de acciones perversas, no sea tu filosofía evadirle ni resistirle, sino enfrentarle.
- Dondequiera que te lleven tus pasos, lleva en tu mente, en la enseñanza de tus labios y en la obra de tus manos, el mensaje esperado de la solidaridad, ayudando a los demás de la manera que puedas, y de una manera efectiva.
- Conviértete desde hoy hasta la eternidad, en portavoz amable de un mensaje docente de fraternidad humana.
- Haz de tu relación con los demás un apostolado por la unión entre las personas, por la unidad de las personas, y por la dignidad de las personas.
- Tú has de seleccionar a quienes recibirán de tu boca, determinadas informaciones y revelaciones.
- No entregues secretos espirituales valiosos a quienes no están preparados para recibirlos.
- Porque ellos no apreciarán aunque lo intenten, el valor de lo que dices y el valor de lo que ofreces.
- No desperdicies personalmente un tiempo valioso que podrías ocupar de otra manera, ni obligues a otras personas a emplear su tiempo en algo que no les interesa, porque no es parte de sus prioridades.
- En tu relación con los demás, respeta a quienes se abstienen, aunque no entiendas ni apruebes su camino.
- Porque muchas personas se abstienen porque están inseguras, o porque desconocen.
- Y porque, aún cuando no tengan una razón que lo justifique, es su derecho decidir como deciden.
- Cuando tú te permites juzgar a otros, estás autorizando al Universo a que te juzgue.
- Y el Universo, sin falta un día lo hará. Porque Orísha no olvida. Y porque todo queda escrito en la memoria de Ifá.
- Por eso hoy yo te mando a que aprendas a juzgar a los demás.
- Aprender a juzgar a los demás, será para ti un desafío de inteligencia, de prudencia, de justicia y equidad.
- Tu capacidad para juzgar a los demás, será para ti una prueba indicadora de tu propio equilibrio y de tu madurez personal.
- Y no olvidarás que, así como juzgues, tú serás juzgado, tú serás juzgada. Porque lo que envíes, ciertamente a ti regresará.
- Y te esforzarás haciendo por los demás y tratando a los demás, tan justamente como quisieras que ellos procediesen contigo. Porque lo que envíes desde ti, recuérdalo, a ti regresará. Porque Orísha no olvida. Y porque todo queda escrito en la memoria de Ifá.